Por Alexander Mendoza / Prensa LVBP | Lunes 3 de Febrero de 2020.
San Juan, Puerto Rico.- Alí Castillo asiste a su tercera Serie del Caribe en los últimos cuatro años y segunda con Cardenales de Lara, que días atrás alcanzó el bicampeonato de la LVBP y amaneció el lunes invicto en el torneo que se disputa en el Estadio Hiram Bithorn.
El alto mando de los crepusculares lo vio como la primera opción para sustituir a Jecksson Flores en el campocorto y en 2019 fue el jardinero izquierdo durante toda la postemporada, desde enero hasta febrero en Panamá.
“Me contenta mucho representar a Venezuela y, una vez más, la gerencia de Cardenales que me ha dado la oportunidad de estar con su equipo”, destacó el marabino, de 30 años de edad.
En 2017, cuando Águilas del Zulia viajó a Culiacán, México, como campeón venezolano, Castillo se destacó en la segunda base, donde se combinó con el grandeliga Freddy Galvis, para fabricar varios dobleplays.
En ninguna de esas posiciones desentonó y en San Juan se ha lucido con el guante en el shortstop.
“Es un pelotero que te puede ganar un juego de diferentes maneras”, opinó el manager Luis Ugueto.
“Sólo trato de hacer el trabajo, donde me pongan”, apuntó Castillo, que renovó su contrato de Ligas Menores con los Filis de Filadelfia.
Castillo también es protagonista de una rareza en la Serie del Caribe. Es el único pelotero que en la ronda regular 2019-2020 fue miembro de alguno de los otros cinco clubes campeones.
El versátil pelotero vistió el uniforme de Vaqueros de Montería, dirigido por su compatriota Ozney Guillén.
“Me satisface haber participado en la liga de Colombia, junto con otros venezolanos. Agradezco la confianza que depositaron en mí los directivos y la manera cómo me trató el manager Ozney. Me hicieron sentir en familia, me gustaría volver a jugar a allá. Lo disfruté”.
“Me ayudaron mucho todos los muchachos de la liga venezolana. Algunos como Alí, ya no están con nosotros, pero contribuyeron a que alzáramos el trofeo de campeones”, indicó Guillén.
Montería perdió sus primeros dos desafíos en la Serie del Caribe, aunque no ha lucido como una Cenicienta.
“Ozney disfruta el juego, es uno más en el dugout. Sigue siendo la misma persona, pero tiene sus reglas y se hace respetar como manager”, enfatizó Castillo. “No creo que haya que menospreciarlos, han jugado con hambre de triunfo y en estos torneos no hay enemigos pequeños. Tienen buenos jugadores y salen a disfrutar la pelota”.
Cardenales está en el otro extremo de la tabla posiciones y Castillo lo disfruta. Ya es un viejo conocido en la competición caribeña. Lara tiene la suerte de tenerlo de su lado.