La huella de Luis Aparicio se mantiene indeleble en Cooperstown
Por Gabriela Ascanio / Prensa Águilas del Zulia | Viernes 5 de Julio de 2019.
Cooperstown.- Más de tres décadas después de su inducción al Salón de la Fama, la estrella de Luis Aparicio sigue brillando en los largos pasillos de Cooperstown.
Retratos de su paso por los Orioles de Baltimore, Medias Rojas de Boston y Medias Blancas de Chicago, forman parte del recorrido de más de tres horas y dos grandes galerías que anteceden al salón donde reposan las placas de los mejores jugadores que alguna vez hayan pisado un diamante de beisbol.
“Cuando llegué a este país hace más de 30 años, era un joven con poco dinero en los bolsillos y mucho que ganar. El Salón de La Fama era un sueño muy lejano, sin embargo trabajé para dar lo mejor de mi a todos aquellos que aman el mejor deporte del mundo”, fueron algunas de las palabras que dio Aparicio durante su ceremonia de inducción hace 35 años.
Aparicio es la máxima representación venezolana hasta ahora en el pabellón de los inmortales, sin embargo la huella del Caribe y el aporte de los peloteros nacidos en la tierra de Bolívar, es más que notorio.
La camisa utilizada por Francisco Rodríguez, al momento de salvar el juego 62, con lo que impuso una nueva marca de rescates para un cerrador en una temporada; La base de la llamada equivocada en el “casi juego perfecto” de Armando Galarraga, la chaqueta de Ozzie Guillén del día en el que ganó la Serie Mundial de 2005, son algunos de los objetos curiosos que se pueden encontrar en el Olimpo del beisbol.
Un lugar especial, es la galería dedicada al beisbol del Caribe. Dos gorras de Leones del Caracas y una camisa de Navegantes del Magallanes, así como barajitas de leyendas como Magglio Ordóñez, Ozzie Guillén y Omar Vizquel, de su paso por la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, forman parte de una sección en la que también hay objetos pertenecientes a los circuitos invernales de República Dominicana, México y Puerto Rico.
El climax de la experiencia Cooperstown, es un largo pasillo, organizado de acuerdo a la década en la que jugaron, todos y cada uno de los epónimos de aquellas placas que reposan en las paredes. Ahí está Luis Aparicio Montiel esperando probablemente por Omar Vizquel y más adelante Miguel Cabrera, los candidatos más cercanos a hacerle compañía a quien hizo historia hace 35 años.