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Por Alexis Blanco / Viernes 22 de Noviembre de 2019.

Maracaibo.- Un águila planea desde el cielo de los inmortales y desciende, jubilosa,  entre sorprendentes telas como extraídas de polícromas  iluminaciones estéticas, pelotas intervenidas en el crisol del diamante donde la emoción reina, entre bases y líneas trazadas con coloridos bates que truenan como cascos de Mercurios dándole la vuelta al cuadro, en un vuelo donde el requisito indispensable es el creer en los milagros del hacernos  campeones de la vida perdurable.

Media centuria después de su primera jugada magistral en el campo del béisbol, la organización Águilas del Zulia continúa firme en su convicción de brindar al participante de su convocatoria deportiva, un menú exquisito donde la cultura y el arte, en tanto expresiones fundamentales de la idiosincrasia del venezolano, aparecen saludablemente concitadas en una acción única que aquí congrega a 40 artistas y medio centenar de piezas únicas, enmarcadas dentro de un concepto esencial: Arte con Sabor a Béisbol.

Sabores, colores, olores y sonidos convergen en cada juego de pelota en el estadio "Luis Aparicio El Grande", desde octubre de 1969, cuando don Luis Rodolfo Machado devolvió a la región zuliana el placer de tener un equipo de pelota que de inmediato conquistó el alma de su nueva grey. 

Esta muestra,,  la sexta,  edición del Salón, regresa al mismo espacio donde comenzara, el Centro de Bellas Artes. Las anteriores ediciones, en el Camlb, maravillaron al público, por la perfecta conjunción entre los artífices de las formas y los magos del juego que, como nos los enseñaran maestros honorables de la talla de José Joaquín Villasmil, Rubén Amaro Mora, Pompeyo Davalillo o Luis Verde, involucran el despliegue de músculos y cerebro en una sola identidad: ganar los juegos de pelota. Eso no sólo concierne a los atletas y sus dirigentes, sino que, tal como sabiamente lo demuestra Anabel Belloso y su equipo de trabajo en la producción artística de este evento, también se extiende a la misma sociedad que aplaude y delira entre batazos y atrapadas. Esta es una lección de béisbol extramuros, que enseña también la obra estética como un aporte mas a la resiliencia y a la fe de una nación que, a pesar de sus problemas, ha encontrado siempre en el béisbol un factor de profunda reflexión acerca de la vida misma.

Por eso hay que tributar y reconocer a la Fundación Águilas del Zulia BBC, por haber construido estos puentes de cohesión entre los grandiosos artistas que han sabido integrarse a la propuesta, cuyas obras resplandecen acá desde esta noche, y esos ciudadanos que aplauden a su equipo campeón.

 

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Fotos: Mario Sanchez / @mario2sanchez